Ana MarÍa López (Lexiway): "La lengua que aprende se convierte en la llave al futuro de esa persona" - Ahora
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Licenciada en Filosofía y Letras (Árabe e Islam) por la Universidad Autónoma de Madrid, Ana María López cuenta con más de 40 años de experiencia en la enseñanza de idiomas. Ha diseñado Lexiway® para el aprendizaje de idiomas, una metodología para profesores que simplifica la enseñanza de idiomas de forma eficaz, rápida y duradera con especial atención en colectivos de migrantes, permitiendo adquirir en 220 horas un vocabulario básico esencial a través de imágenes, sin leer ni escribir hasta que el vocabulario haya sido asimilado, lo que permite a los alumnos centrarse primero en la comprensión y la retención. Lexiway fue reconocida por Cruz Roja en la IX edición de los Premios Tecnología Humanitaria que otorga la Organización.
¿Cómo surge la metodología Lexiway?
El proyecto surge hace mucho tiempo, cuando yo estaba enseñando inglés a españoles, y veía que fundamentalmente les costaba mucho trabajo distinguir los sonidos. Se me ocurrió poner pares mínimos de palabras que se parecían mucho, como puede ser cat, cap y can, que todas terminan con distintas consonantes, pero el significado es muy diferente. Así les ayudaba a aprender la diferencia y que discriminaran fonológicamente esos sonidos. Además, yo llevaba ya muchos años enseñando inglés con un método audiovisual, pero me di cuenta de que cuando quieres hablar un idioma, lo que más te hace falta siempre es vocabulario. De ahí surge el nombre Lexi Way, porque a través del léxico vamos a poder ir aprendiendo a construir el edificio del idioma.
Las palabras son los ladrillos que nos hacen falta para construir ese edificio. Si esos ladrillos son, digamos, irregulares o tienen defectos, ese edificio va a ser menos sólido. En el aprendizaje de una lengua, lo primero que tenemos que aprender a dominar es el sistema fonológico, que son 35 o 40 sonidos, son pocos. Una vez dominados esos sonidos, todo el vocabulario que aprendamos a continuación lo vamos a aprender de forma correcta, porque tener un acento es perfectamente válido. No tenemos por qué hablar perfectamente como hablan los nativos, que es poca una neura que tiene casi todo el mundo y que para mí es infundada, pero lo que no puede ocurrir es que tú confundas un término. Eso es lo primero que tenemos que hacer.
¿En qué consiste y cómo se aplica, sobre todo en personas que llegan de fuera y no conocen el idioma?
El proyecto empezó por el léxico con imágenes, con pares mínimos para hacer esa discriminación y todo ese material se fue confeccionando. Al principio lo hacíamos con fichas ilustradas simplemente, fichas de cartón que usábamos con los niños en clase para mostrarlas. Luego lo pusimos en PowerPoint y se fue refinando mucho más el método y ahora lo que tenemos es una plataforma en la que ofrecemos el método para que lo usen los profesores para dar clase. Ese es un poco el rasgo más diferenciador de la metodología, que le llega al profesor para que el profesor la use.
El alumno puede no saber leer y lo va a poder utilizar perfectamente, que es además el caso de estudiantes migrantes que pueden llegar a España a querer aprender español pero no saben leer ni escribir. Eso no va a ser un inconveniente. En muchos casos es hasta una ventaja porque no están esperando ver cómo se escribe. Cuando tú has aprendido cómo se dice una palabra y ya la has interiorizado y te ha pasado a la memoria a largo plazo ya el cómo se escribe es bastante secundario porque nada impide a la gente hablar aunque no sepa leer ni escribir.
Vivir sin saber leer ni escribir es una desventaja y precisamente esas personas más desfavorecidas son a las que más podemos ayudar con esta metodología. Con unos cursos intensivos, en 3-4 meses pueden llegar al mínimo nivel de supervivencia que llamamos nosotros, que es ese que te permite el quehacer diario, ir a hacer unas determinadas gestiones, a la compra, a manejarte para sobrevivir… Si consigues que alcancen ese nivel le estás dando un trampolín en el que apoyarse para poder ir ampliando el conocimiento. En el caso de los inmigrantes necesitan dominar la lengua cuanto antes porque será lo que define la velocidad a la que van a poder hacer todos los demás trámites que siguen a continuación.
Tenemos un vocabulario que se enseña en los primeros bloques que sería el básico, y que solemos cubrir en unas 100 o 120 horas, donde los alumnos van a aprender todo el sistema fonológico de ese idioma y van a aprender sobre todo las palabras funcionales, que son esas pequeñas palabras que en todos los idiomas hay –que son entre 250 y 300–, pero que aparecen continuamente como determinantes, demostrativos, verbos auxiliares, las preposiciones. Palabras que tienen poco significado pero que se usan continuamente. Una vez aprendidas el alumno va a aprender sobre todo vocabulario y lo va a aprender en un contexto que le va a ir facilitando el aprendizaje. En contexto se aprende mucho mejor, nadie aprende cosas aisladas. Por eso también el vocabulario se enseña agrupado en familias temáticas. Por ejemplo, vemos los vehículos pero en la siguiente lección paralela ( se ve la calle de manera que tú puedas interrelacionar esas dos lecciones y sacar provecho de ambas porque nos apoyamos en el vocabulario que cada una aporta para poder contextualizar el aprendizaje.
¿Cómo ha sido el proceso hasta dar con la metodología?
Yo abrí mi academia en Toledo en el año 1981, ha ha llovido bastante. Varios años después pusimos la primera guardería infantil bilingüe en Toledo, allí teníamos niños desde dos años y medio hasta que tenían que ir al colegio. Ahí también fue una de las fases en las que yo mejor comprendí el proceso de adquisición de la lengua de los niños, y luego lo que empecé a hacer con los adultos fue replicarlo. El método se ha desarrollado replicando ese proceso natural de aprendizaje
¿En cuanto tiempo una persona que no conoce el idioma puede hablarlo o al menos defenderse utilizando esta metodología?
Dependiendo por supuesto del número de alumnos que tengas en clase, que no debe ser muy alto porque a cada alumno le tienes que corregir la pronunciación de las palabras para asegurarte que la dicen bien. También depende de la frecuencia de las clases. No es lo mismo que tú des una hora una semana y hasta la siguiente no vuelvas a clase que todos los días des dos, tres o cuatro horas. Con cuatro horas diarias podríamos en tres meses y medio o cuatro meses cubrir todo el primer nivel que te llevaría a ese nivel mínimo de supervivencia.
El método además es compatible con cualquier método que se esté usando. Si estás usando un manual y vas a dar una lección en la que vas a preparar algo relacionado con comida, coges la lección de comida, la das y cuando vas a hacer esa actividad tienes la ventaja de que tus alumnos ya conocen el vocabulario, por tanto vas a poder realizar esa actividad con muchas más garantías para que sea efectiva.
¿Todavía se enseñan idiomas con metodologías que están algo obsoletas?
Si, y no me gusta pisar callos pero yo he estudiado ya más de una docena de idiomas y una de las cosas por las que empecé a desarrollar este método es porque ninguno me convencía. Cuando estudié chino o alemán, era pasar lecciones tras lecciones, aprender cosas escritas y cosas de gramática que no me valían para entenderme cuando he estado en esos países. Hay que enseñar lo que vas a necesitar usar, eso es otra característica del método

¿Por qué te enfocas en que la metodología tengo un fin social y pueda servir para que personas migrantes aprendan fácilmente el idioma?
Yo me ofrecí como voluntaria para dar clases a personas migrantes. Yo ya había estado dando clases en Dubai pero para gente que trabajaba en un hotel y allí también me encontré con un espectro muy amplio de alumnos, desde las personas que estaban en recepción o en contabilidad hasta quienes limpiaban la piscina, los accesos o planchaban en la tintorería. Los niveles de conocimiento del inglés eran muy variados y toda esa gente lo que necesitaba era el inglés para ir subiendo en el escalafón. Te das cuenta de que la lengua que estás aprendiendo se convierte en la llave al futuro de una persona y para mí es una de las cosas más reconfortantes de tu labor como docente. A mí me encanta enseñar, porque sobre todo led estás dando a esas personas una posibilidad de mejora en su vida.
Creo que es muy importante que los profesores que están enseñando a los alumnos que están en esas circunstancias, que tienen una motivación enorme porque necesitan aprender el idioma como cuestión de vida o muerte, los profesores deben saber que no solo están enseñando español, están permitiéndoles un futuro mejor a esas personas. Yo le digo a mis profesores “vosotros no sois profesores de español, sois cambiadores de vida porque vosotros vais a influir en esa vida”, no solo de ese alumno sino de su familia porque muchos se van a poder traer a su familia y muchos van a poder dar a sus hijos una formación que ellos no tuvieron, por tanto, la responsabilidad nuestra como profesores es muy grande y mucha gente no se percata de ello.

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