"Gracias a esta silla, Jordi puede disfrutar de un día de montaña con su familia" - Ahora

• Llega el fin de semana y para muchas familias puede ser un plan habitual hacer una excursión por la montaña. Desafortunadamente, para las personas con problemas de salud o de movilidad no suele ser tan sencillo.

Julia es madre de tres hijos; dos niños de 6 y 4 años y una niña de 1 año y medio. Jordi, el mediano de los tres hermanos, padece el ‘síndrome MEF2C’, enfermedad que afecta al desarrollo psicomotor. Para toda la familia, la montaña siempre ha sido un lugar habitual al que acudir. Hasta hace unos años, Julia y su familia podían ir con Jordi cargado a la espalda, pero a sus casi 5 años, salir de excursión se complicaba cada vez más. “Un día, la fisio de mi hijo me comentó que Cruz Roja en Mallorca contaba con unas sillas equipadas y diseñadas para la montaña, así que me informé de este servicio y ahí empezó todo”, cuenta Julia. 
La silla Joëlette es una silla todoterreno monorueda que permite que personas con problemas de salud o de movilidad puedan disfrutar de la naturaleza sin ningún impedimento. Este invento hace que sea más fácil que cualquier persona, sin importar su condición, pueda disfrutar de la montaña igual que el resto. “Llevamos más de 15 años dando este servicio para personas adultas, pero ahora contar con estas sillas Joëlette Kid es un gran avance, ya que pesan menos, son más manejables y permiten a las y los más pequeños con alguna discapacidad poder disfrutar de la compañía y de la naturaleza. Hay niños o niñas que dependiendo de su complexión necesitan la grande, nos ajustamos a sus necesidades”, explica Enric Rovira, voluntario de medioambiente de Cruz Roja en la isla de Mallorca.

Pero no basta con contar con esta silla, sino que para manejarla hace falta una persona en la parte trasera, que se encargue de asegurar el equilibrio; y otra en la parte delantera, que se dedique a la tracción y la dirección. Por eso, Cruz Roja en Mallorca cuenta con personal voluntario como Enric que se encarga de este servicio para, de alguna manera, descargar a la familia o tutor, en el caso de ir un grupo escolar, y acompañar en todo momento al niño o niña. “La silla es muy manejable, pero es importante que la persona quiera ir, no forzarle a hacer algo que no quiere. Escucharle y que se suba a la silla con ganas de disfrutar de la excursión. De esta manera, será más fácil para todos, pero sobre todo para la persona que es la que nos importa en todo momento”, añade el voluntario.

Julia, junto a Jordi y su familia, ya han realizado tres excursiones con la silla Joëlette Kid y ha sido todo un éxito. “Hemos ido por nuestro pueblo por la sierra de Tramuntana y luego, dos veces al Castillo de Alaró y nos hemos hospedado cerca de allí. Cruz Roja se ha portado superbien. Estas últimas veces, al quedarnos a dormir, lo subieron y al día siguiente, volvieron para bajarlo junto a nosotros y terminar la ruta”, agradece la madre de Jordi. 

Este servicio más allá de facilitar el traslado de personas con problemas de salud o de movilidad es una mano amiga para las familias y un aire fresco para personas que como Jordi no lo tienen tan fácil. “Nos aporta respiro, aire, hay muchas barreras con niños con dificultades de movilidad y poder normalizar y hacer cosas con nosotros es muy  importante. Además, Jordi se lo pasa en grande, se ríe con cada bache o montículo y es un regalo verle así. Que las barreras te las pones tú y hay que tirar para delante.”, se sincera Julia. 

Para el personal voluntario de Cruz Roja como Enric, esta labor le llena por encima de cualquier otra. “La combinación entre lo que te aporta la montaña y la ayuda a los demás es una pasada. Las caras y la felicidad no se pueden explicar. Cuando la persona te mira y te sonríe te lo devuelve todo”.