Unas rutas para asombrarse y despertar la curiosidad por la naturaleza - Ahora

• Amparo Castillo cuenta con más de 40 años de trayectoria dedicados, por un lado, a la enseñanza de personas adultas y, por otro, a su gran pasión: la educación ambiental. Con el tiempo, ambas vocaciones se entrelazaron, dando lugar a programas como el que realiza actualmente junto a Cruz Roja en La Rioja. ‘Rutas de Biodiversidad’ es una iniciativa que se desarrolla a lo largo de las cuatro estaciones del año con el objetivo de despertar la curiosidad por la naturaleza de toda persona que se anime a participar. 

Cuando a Amparo le propusieron formar parte de estas rutas aceptó encantada. Su profundo conocimiento de los paisajes y ecosistemas de La Rioja, así como su activa participación en el tejido asociativo de la región, la convierten en una de las principales referentes en la educación ambiental de la comunidad. Pero el saber no es suficiente si no cuentas con pasión y ese amor por la naturaleza que se contagia. Y de este Amparo tiene mucho. “Intento que entiendan mejor la dinámica de la vegetación que nos rodea siempre con el objetivo de fomentar el respeto por el medio, pero, sobre todo, trato de que se asombren. Asombrarse es el motor de todo y más si hablamos de naturaleza. Esa curiosidad no hay que perderla nunca”, cuenta Amparo Castrillo.  

Este es el primer año que se realiza la actividad y consiste en una ruta por cada estación. “Primero lo que solemos hacer es una charla teórica para que las personas que vayan a participar en la ruta analicen el espacio que van a visitar, la flora y la fauna que nos vamos a encontrar y empiecen a despertar el interés. Días después de esta reunión ponemos en marcha la salida”, explica la voluntaria.  

Esta última actividad realizada el pasado sábado 31 de mayo, correspondiente a la primavera, consistió en una ruta de interpretación del paisaje por el Desfiladero de Río Ayuda, un paraje de cuento con cascadas en la que los y las participantes disfrutaron de multitud de especies arbóreas, así como anfibios, nutrias, visones europeos, truchas o especies tan amenazadas con el pez fraile, tan míticas como las náyades, y tan curiosas como los tricópteros joyeros. “Las rutas están teniendo mucho éxito, en esta última se apuntaron 50 personas y la verdad que es un placer enorme ver la implicación, las ganas y el interés de la gente”, añade.  

Amparo realiza la actividad junto a Víctor Montalvo, también experto en educación ambiental y fauna. Ambos se complementan a la perfección consiguiendo que los y las participantes se mimeticen con el entorno, compartan en comunidad y se sientan en conexión con el medio en el que habitan. Los años de experiencia de Amparo le han hecho aprender que no somos nada si no nos relacionamos en comunidad. “Cuando lo que amas lo compartes se multiplica. Somos sociedad. La individualidad está para sumar con los demás. Somos un ser vivo más en este planeta, pero no con más derechos que el resto”, concluye.  

Los y las participantes esperan con ganas la próxima ruta perteneciente a la estación de verano. Por las temperaturas que se esperan y para disfrutar bajo el frescor, visitarán un Hayedo, idóneo para esta época del año. Tras esta última habrá un descanso para recargar pilas y en otoño, vuelta a empezar.