Cómo las palabras influyen en lo que comemos - Ahora
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- La alimentación está presente en nuestro día a día, pero no siempre mantenemos una relación saludable con ella. Muchas veces, por la forma en la que nos han hablado de ciertos alimentos —especialmente frutas y verduras— pasamos por alto no solo su sabor, sino también sus múltiples beneficios para la salud. Cada 16 de octubre, Día Mundial de la Alimentación, es una ocasión perfecta para revisar cómo nos relacionamos con lo que comemos.
La obesidad y el sobrepeso se han convertido en un problema global. En 2025, uno de cada diez niños y adolescentes en edad escolar sufre obesidad, según UNICEF. Este fenómeno ha superado al bajo peso como la forma más común de malnutrición, salvo en algunas regiones de África subsahariana y Asia meridional. Al mismo tiempo, la desnutrición sigue siendo responsable del 45% de las muertes infantiles menores de cinco años. Estos datos reflejan que los problemas relacionados con la alimentación no solo afectan a la salud individual, sino que tienen un impacto social y cultural significativo, ya que condicionan la calidad de vida, el rendimiento académico, así como la economía de las familias y comunidades.
Frente a esta realidad, los expertos coinciden en que volver a la comida real es esencial. Por comida real entendemos alimentos frescos y mínimamente procesados, como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y proteínas de calidad, que conservan sus nutrientes y sabor natural. Beber agua, reducir el consumo de ultraprocesados, escuchar las señales de hambre y saciedad del cuerpo y planificar las comidas son hábitos fundamentales para mantener la salud y prevenir enfermedades.
Incorporar estos hábitos no solo mejora nuestra salud, sino que también nos permite disfrutar de los sabores, valorar los alimentos como parte de nuestra cultura y fortalecer nuestra relación con la comida de manera consciente y equilibrada.
Y como no solo importa lo que comemos, sino también cómo hablamos de los alimentos, con motivo de la efeméride, Cruz Roja Juventud, junto al área de salud de la Organización, ha lanzado la campaña ‘Refranes que alimentan’, que recuerda cómo los refranes y mensajes culturales, como por ejemplo, “dar calabazas”, pueden influir en la percepción que tenemos de ciertos alimentos. La iniciativa busca jugar con las palabras y darles un nuevo significado, para ayudarnos a crear una relación más positiva y consciente con la comida. Reconocer que nuestros hábitos y nuestra cultura alimentaria van de la mano nos permite entender la alimentación no solo como una necesidad, sino como un acto de cuidado propio y colectivo, que impacta en nuestra salud, nuestro bienestar y nuestra identidad cultural.
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