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Encarni, una mujer que vale Oro y reparte esperanza
INCLUSION SOCIAL
Encarni, una mujer que vale Oro y reparte esperanza
03/06/2025
ESCRITO POR:
ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
ESCRITO POR:
ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
  • Seguro que, al hablar del Sorteo de Oro de Cruz Roja, te vienen a la mente esas personas voluntarias que con sus chalecos rojos recorren calles, plazas y mercados, ofreciéndote la oportunidad de participar de un boleto que cambia la vida de las personas. Pero ¿alguna vez te has preguntado cómo empezó esta labor tan esencial para la Organización? 

Encarni Costa lleva 40 años al lado de Cruz Roja en Gipuzkoa. Recuerda sus inicios con nostalgia y, a día de hoy, mantiene la emoción de seguir aportando su granito de arena. 

El Sorteo de Oro de Cruz Roja, que este año tiene como lema ‘Lo que hacemos por las personas vale Oro’, lleva 46 años celebrándose. Esta iniciativa solidaria nace con la intención de obtener los fondos que la Organización necesita para llevar a cabo su labor humanitaria. Desde su creación, gracias a los fondos recaudados, Cruz Roja impulsa proyectos sociales que cubren necesidades básicas, apoyo a personas mayores e infancia, programas de inserción laboral, asistencia a personas sin hogar, y respuesta a emergencias y catástrofes naturales, tanto en España como en otros países. 

En julio de 1985 con tan solo 20 años de edad, Encarni comenzó a formar parte de Cruz Roja en Gipuzkoa para prestar apoyo y estar cerca de las personas. Este sentimiento sigue perdurando en ella hasta el día de hoy. “En mi primer año, en 1985, la oficina provincial no tenía ordenador y el registro de reparto de los boletos a las asambleas locales de la provincia se realizaba mediante un libro. Por suerte, la gestión de devoluciones estaba más modernizada gracias a la colaboración de una empresa externa”, recuerda Encarni Costa. 

Encarni guarda en la memoria cómo fueron esos comienzos donde la tecnología estaba al alcance de unos pocos y, por tanto, el trabajo se realizaba a mano o en máquina de escribir. Una función laboriosa, lenta, pero cargada de significado.

En aquella época el envío de los datos del Sorteo de Oro se realizaba mediante fax. “Acudíamos al Gobierno Civil quienes nos cedían su fax para poder enviar la información y nos quedábamos en las instalaciones hasta recibir noticias de Oficina Central con los números premiados”, cuenta Costa. En aquel tiempo la espera seguía teniendo un valor, un poder que pasaba de mano en mano y se convertía finalmente en una alegría compartida. 

Una vez tenían la información se dirigían a la Oficina provincial para hacer fotocopias que más tarde llevarían personalmente a los medios de comunicación que harían eco de los números premiados

Si echamos la vista atrás, gracias al testimonio de Encarni somos conscientes de cómo ha evolucionado este sorteo. A pesar del tiempo transcurrido, nuestra protagonista continúa 40 años después con la misma ilusión cada vez que llega el Sorteo de Oro. Quizás ahí esté la magia, en no perder la ilusión. Eso sí que vale Oro. 

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