Un nuevo camino para profesionales de la arquitectura - Ahora
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- Las posibilidades laborales de los profesionales de la arquitectura llevan reduciéndose desde la crisis económica de 2008, especialmente entre personas mayores de 45 años que encuentran grandes dificultades para reinsertarse en un mercado laboral que no deja de cambiar.
Esta problemática fue creciendo y es en 2016 cuando Fundación Arquia, Cruz Roja y los Colegios de Arquitectos de cada región crean el Programa de Reactivación Profesional, una iniciativa que se puso en marcha con el ambicioso objetivo de ofrecer nuevas perspectivas de futuro a profesionales en situaciones laborales complejas. “Cada año tratamos de realizarlo en una ciudad de España. Esta edición está teniendo lugar en Las Palmas de Gran Canarias desde febrero y se alargará hasta el mes de octubre-noviembre de 2025”, adelanta Juan José Miranda, técnico de empleo de Cruz Roja en Las Palmas.
Cruz Roja y la Fundación Arquia, a través de Arquia Social, llevan más de años colaborando activamente para mejorar el futuro de los profesionales de la arquitectura. Un tándem perfecto donde la Organización aporta su infraestructura técnica y humana (orientación, metodologías, espacio formativo), y la Fundación Arquia un amplio conocimiento del sector, red de colegios profesionales y financiación parcial del programa. “Desde el inicio, para nosotros ha sido fundamental contar con el acompañamiento de Cruz Roja. Llevan muchos años trabajando en la mejora de la situación de personas en situación de vulnerabilidad, lo que representa un valioso aporte al desarrollo del programa”, expresa Paloma García, responsable de programas culturales y Arquia Social.
El perfil habitual de los participantes de este programa suelen ser profesionales de la arquitectura altamente preparados, pero en riesgo de exclusión laboral. “La media de edad es de 40 años. Muchos están desempleados, otros buscan su primera oportunidad laboral o ya han dejado de ejercer por la crisis del sector. Algunos han trabajado como autónomos sin estabilidad ni acceso a prestaciones, con carteras de clientes limitadas”, explica Juan José.
Para hacer frente a esta situación y tratar de revertir o mejorar la empleabilidad de los profesionales del sector de la arquitectura, este programa ofrece soporte directo y personalizado para la adaptación de las aptitudes de los profesionales a las nuevas demandas económicas y sociales. Además, se define un itinerario individualizado de acompañamiento y reactivación profesional flexible, que atiende las diversas necesidades e intereses de las personas beneficiarias, proporcionando habilidades para contribuir a su reactivación laboral. “Lo más enriquecedor del Programa de Reactivación Profesional es su capacidad para transformar la situación de vulnerabilidad en una oportunidad de reconstrucción personal y profesional. A través de un enfoque humano, cercano y personalizado, los y las participantes no solo mejoran su empleabilidad, sino que recuperan su vocación, redescubren nuevas posibilidades laborales y reconstruyen su confianza”, confiesa el técnico.
El programa trata de dignificar la experiencia profesional de los y las participantes, da visibilidad al trabajo de los que están empezando e impulsa el talento fomentando una cultura de inclusión en el sector de la arquitectura.
Entre las principales dificultades que enfrenta el Programa de Reactivación Profesional se encuentran la resistencia inicial de algunos participantes al cambio, la baja autoestima derivada de trayectorias inestables, las brechas tecnológicas que impiden competir en igualdad de condiciones, y la escasez de oportunidades laborales estables en el sector tradicional de la arquitectura. A pesar de ello, el Programa ha demostrado ser eficaz en la mejora de la empleabilidad. “Hasta la fecha, el programa ha celebrado ocho ediciones, en las que han participado un total de 190 profesionales. Esta trayectoria nos permite afirmar que el impacto es real y sostenido, tanto en la mejora de las competencias como en la reorientación o reactivación de las trayectorias profesionales”, detalle Paloma García.
Con los años, la iniciativa ha sido evaluada de forma muy positiva por la mayoría de sus participantes en las distintas convocatorias. Ellos y ellas destacan, sobre todo, el acompañamiento personalizado, el enfoque humano, la mejora en sus competencias y herramientas de empleabilidad, y la creación de una red de apoyo entre iguales. “Me apunté un poco sin saber en qué iba a consistir y superó mis expectativas, he aprendido y avanzado más en un año que en los 16 que llevo ejerciendo: he aumentado clientes, mejorado procesos, aumentado rentabilidad y facturación y contratado a una persona en plantilla, también tengo más autoconocimiento, autoconfianza, autoestima y he adquirido destrezas en el uso de herramientas de gestión empresarial”, concluye sincero uno de los alumnos que ha formado parte de este programa.
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