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Porque pintar nos repara emocionalmente
GIZARTERATZEA
Porque pintar nos repara emocionalmente
01/07/2025
IDAZLEA:
ELKARRIZKETAGILEA:
Cruz Roja
IDAZLEA:
ELKARRIZKETAGILEA:
Cruz Roja
  • A menudo transitamos por lugares u emociones que son difíciles de explicar con palabras. Verbalizar lo que nos pasa no siempre es tarea fácil, pero guardarlo dentro tampoco debería ser una opción. En cambio, el arte nos puede ayudar a expresar, digerir y gestionar lo que nos ocurre sin necesidad de ponerle palabras antes de tiempo. Así lo han comprobado en un taller de arteterapia puesto en marcha por Cruz Roja en Salamanca.

La migración enfrenta desafíos relacionados con la inclusión social, la interculturalidad y la percepción del fenómeno migratorio. Y ahí, la mediación artística se presenta como una herramienta innovadora para abordar el duelo migratorio, promover el bienestar de las personas migrantes y generar cambios en la sociedad receptora. Esta actividad de arteterapia, enmarcada en el Programa de ‘Apoyo Personal y Familiar para Potenciar la Inclusión Social’, busca que el arte no se utilice como herramienta de diagnóstico, sino como un medio para abordar dificultades emocionales, para poder trabajar y promover la salud emocional de las personas participantes, tratando de generar un cambio en ellas y abordar procesos mentales más complejos desde ámbitos seguros. “Este taller permite a las personas usuarias pintar sin una base ni exigencia previa de técnicas de pintura. Durante este breve espacio de tiempo, pueden llegar a la calma y no pensar en situaciones estresantes del día a día, influyendo en el estado anímico de las personas y mejorando su gestión de la frustración, la ansiedad, etc,  cuenta Rocío Marbán Pinilla, trabajadora social del proyecto desde Cruz Roja en Salamanca.

Con un enfoque innovador, este programa ofrece acompañamiento integral a personas y familias en situación de vulnerabilidad con el objetivo de activar sus proyectos de vida y fortalecer sus capacidades. En este camino hacia la inclusión social, el arte ha demostrado ser una herramienta poderosa, respetuosa y profundamente humana que ayuda a prevenir, reducir o gestionar el estrés; aumenta el nivel de atención consciente; favorece la autoestima y la expresión de sentimientos; facilita el autoconocimiento e invita a alimentar nuestro ser más creativo. “La imaginación y la creatividad son cualidades que, a veces, quedan adormecidas bajo el síndrome de la ocupación constante. Además, lo poderoso de esta actividad es que podemos no hablar, por lo que podemos prescindir de tener una lengua común, o que las personas que están pasando por procesos muy duros no tengan porqué verbalizarlo si no están preparadas, por lo que convierte esta disciplina en algo muy respetuoso y muy delicado con los procesos personales de cada participante.”, expresa Rocío Marbán.  

En cuanto al perfil de personas participantes, la gran mayoría son mujeres, en muchos casos unidades monomarentales, aunque también se ha contado con grupos mixtos en los que cabe la participación en pareja, hombres y mujeres solos o personas mayores. “Inicialmente nos dicen que vienen con intriga y sin expectativas. Relatan cómo se sienten al principio cuando no saben qué van a pintar y posteriormente, según nos explican su dibujo final, aparecen diferentes sentimientos que expresan libremente”, añade la trabajadora social.  

Durante los talleres, surgen anécdotas que hablan por sí solas: mujeres que pintan la casa con la que sueñan, personas que dibujan su país de origen como una forma de traerlo un poco más cerca, o parejas que retratan juntas un paisaje compartido de esperanza. Hay quien dibuja lo que echa de menos, lo que le duele, lo que desea. A veces, con colores brillantes. Otras, con cielos grises y nubes densas. Pero siempre desde la autenticidad. 

Al final del taller, muchos quieren hacerse una foto con su obra. Algunas personas se llevan su cuadro a casa como un pequeño tesoro, otras prefieren dejarlo como símbolo de lo que han compartido. 

Con este taller queda demostrado que el arte, una vez más, es una herramienta terapéutica que repara, escucha y acompaña a quién más lo necesita.  


El Programa de ‘Apoyo Personal y Familiar para Potenciar la Inclusión Social’, que se lleva a cabo en Salamanca y Béjar, cuenta con la subvención de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León y está financiado con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y sobre Sociedades para la realización de programas de interés general. 

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