Gurutze Gorriko aktualitatea

Language Selector

cicr mas de 160 años protegiendo vidas en medio del caos - Ahora

Nested Applications

CICR: más de 160 años protegiendo vidas en medio del caos

ERREPORTAJEAK

CICR: MÁS DE 160 AÑOS PROTEGIENDO VIDAS EN MEDIO DEL CAOS

CICR: más de 160 años protegiendo vidas en medio del caos
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha estado presente en los momentos más difíciles de la historia de la humanidad desde hace más de siglo y medio. Ha sido un actor neutral, imparcial e independiente cuyo cometido esencial no ha cambiado en los últimos 160 años: ayudar a personas afectadas por conflictos armados y por otras situaciones de violencia en todo el mundo, haciendo lo posible por proteger su vida y su dignidad, y por aliviar su sufrimiento. Hablamos con uno de sus miembros para conocer más de cerca la labor de este organismo.

Humanidad

Imparcialidad

Neutralidad

Contenidos

CRUZ ROJA

IDAZLEA:
ELKARRIZKETAGILEA:
Cruz Roja

Banner Compártelo Reportaje Pequeño

parte 0

Si se hace un repaso por cualquiera de los conflictos armados que han golpeado a la humanidad desde 1863, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha estado presente trabajando para proteger y asistir a las víctimas sin importar a qué bando perteneciesen. El Comité Internacional de la Cruz Roja tuvo un papel importante durante las dos Guerras Mundiales, pero también en el periodo de entreguerras. En Israel y Palestina, el CICR estuvo presente en 1948 cuando arrancó el conflicto y de forma permanente desde 1967. El enfrentamiento entre el estado colombiano y las FARC, que duró decadas, la creciente violencia en Sudán o la que se vive en Haití, la situación en Siria o Irak o la guerra entre Rusia y Ucrania son solo algunos de los episodios en los que se desarrolla el trabajo del CICR. 
 

parte 1

Promotor y guardián del Derecho Internacional Humanitario

En cada rincón del mundo en el que ha participado el CICR, la organización cumple una misión que resulta esencial para aliviar el sufrimiento de las partes más desprotegidas. Pero el Comité también cumple un papel primordial promoviendo el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario (DIH), además de vigilar para que se respeten los derechos de las víctimas de la guerra.  El CICR es el principal promotor, junto con las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, del Derecho Internacional Humanitario. El DIH, también conocido como el “derecho de la guerra” o “derecho de los conflictos armados”, es el conjunto de normas jurídicas que regulan la conducción de las hostiliades en los conflictos y protegen a las personas que no participan directamente en ellos: civiles, heridos, prisioneros de guerra y personal sanitario y humanitario.  

Precisamente, ese interés por conocer esta rama del derecho y comprender cómo interactúan los diferentes actores de la comunidad internacional es lo que motivó a Guillem Puri a enfocar sus estudios hacia el Derecho Internacional Humanitario. “Descubrí que el CICR jugaba un rol único en la protección y asistencia de personas afectadas por los conflictos armados, así como en la promoción del respeto del DIH. Me pareció un cometido noble y por el que me gustaría trabajar. Después de algunas experiencias profesionales, incluido como asesor jurídico en Cruz Roja Española, y de estudiar un máster enfocado en el DIH en Ginebra, terminé trabajando en el CICR en 2018”, relata desde Ginebra donde acaba de mudarse para trabajar en la sede del CICR donde coordina el diálogo sobre cuestiones jurídico operacionales desde una perspectiva regional, con los distintos países de Europa y varios países de Asia central.

Antes de trabajar en el CICR, Guillem Puri fue voluntario tanto de Cooperación Internacional como en el área de derechos humanos de Cruz Roja en Lleida. “Empezaba a tener un mayor conocimiento sobre el Movimiento Internacional De la Cruz Roja y la Media Luna Roja y tenía inquietud para comprender las diferentes actividades de la Cruz Roja en mi ciudad, ya que hasta el momento la conocía principalmente por su importante papel asistencial.  En Lleida, me encontré con un grupo de gente comprometida y motivada, por lo que decidí unirme a ellos y apoyar las actividades que estaban preparando. Por ejemplo, durante el tiempo que pasé como voluntario, impartimos sesiones de introducción al Derecho Internacional Humanitario en centros educativos. También organizamos varias actividades para sensibilizar a la sociedad sobre la grave crisis humanitaria que estaba ocurriendo en el Mediterráneo y de los riesgos que muchas personas estaban tomando para poder huir del conflicto y la violencia. Fue una gran experiencia que confirmó mi interés por la acción humanitaria”, explica.

 

 

parte 2

Un mandato legal explícito 

El CICR tiene un mandato legal explícito para actuar en base a los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales, documentos fundamentales del DIH y uno de los pocos tratados internacionales que han sido ratificados universalmente. “El DIH parte de la premisa de que en toda guerra hay muerte y destrucción. A su vez, el DIH prescribe límites en la manera de hacer la guerra, así como la obligación de tratar con humanidad a las personas que han pasado a estar bajo el control del enemigo. Es, en parte, una última capa de humanidad en una situación tan inhumana como una guerra”, añade el asesor jurídico del CICR.  A pesar de esto, en la actualidad seguimos viendo imágenes que no respetan el derecho de la guerra: hospitales destruidos, civiles atacados o trabas a la ayuda humanitaria.  Por eso, el CICR tiene otro cometido esencial, que es el de realizar una labor constante de difusión y desarrollo del Derecho Internacional Humanitario, colaborando con universidades, gobiernos y fuerzas armadas para fortalecer su implementación y adaptación a los desafíos actuales, como el uso de drones, ciberataques y conflictos asimétricos. “Es esencial que los Estados respeten las reglas mínimas que ellos mismos se dieron y que hoy conforman el DIH. El respeto del DIH no lleva necesariamente a la paz, pero sí a que no se deshumanice al adversario. Preservar la humanidad incluso durante la guerra salva muchas vidas e incluso puede facilitar que, algún día, las puedan sentarse de nuevo en una mesa de negociación y encontrar una solución dialogada al conflicto”, expone Puri.

parte 3

La diplomacia silenciosa

Gracias a ese mandato específico otorgado por los Convenios de Ginebra, el CICR puede actuar como intermediario neutral en conflictos armados internacionales y no internacionales. Su fuerza radica en su diplomacia silenciosa: negociaciones discretas con gobiernos, ejércitos y grupos armados para garantizar el acceso humanitario, sin entrar en debates políticos ni mediáticos. Esta neutralidad es clave para su aceptación en los contextos más hostiles. Un principio que no siempre es entendido por las partes. “Muchas personas cuestionan la neutralidad que el CICR adopta como uno de los principios que guían su acción. Es natural, humano, tomar partido cuando las personas viven o presencian un conflicto. Sin embargo, ahora más que nunca es esencial tener actores humanitarios como el CICR que mantengan su neutralidad.  La neutralidad nos permite poder dialogar con todas las partes implicadas y encontrar soluciones que ayuden a mejorar la suerte de las personas afectadas por los conflictos. Neutralidad no es sinónimo de pasividad ni indiferencia, sino que es una herramienta que nos permite ejecutar nuestro mandato de proteger y brindar asistencia a personas afectadas por los conflictos y de poder llegar a las comunidades que más lo necesitan y a las que a veces ningún otro actor puede llegar, independientemente del lado del frente en el que se encuentren”, explica Guillem Puri. 

Puri conoce bien la necesidad de actuar sin tomar partido. Él ha trabajado con el CICR en República Democrática del Congo, en República Centroafricana, en la Federación de Rusia, así como en la sede de la organización en Ginebra. La mayoría del tiempo, como asesor jurídico operacional, apoyando el diálogo sobre el respeto del DIH con los diferentes actores implicados en los conflictos armados. En Bangui, capital de la República Centroafricana, su rol consistió en visitar regularmente varios centros de detención y supervisar el trato y las condiciones de las personas detenidas, incluido el restablecimiento de sus vínculos familiares.

 

parte 4

Un organismo independiente 

 

El CICR se financia con contribuciones voluntarias de los Estados Parte en los Convenios de Ginebra, es decir, de los gobiernos, de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, de organizaciones supranacionales como la Comisión Europea y de otras fuentes públicas y privadas.  Cada año, el CICR emite llamamientos para financiar los gastos previstos en el terreno y en la sede. Los gobiernos son los principales donantes: en promedio, durante los últimos cinco años, aportaron cerca del 82 % del presupuesto. Pero esas contribuciones no dejan de ser voluntarias, por lo cual no hay garantías de que se mantengan a largo plazo. Además, es importante resaltar que, aunque la financiación del Comité depende en gran parte de los gobiernos, el CICR mantiene su independencia operativa. Cada año, el CICR, emite un informe anual donde rinden cuentas del trabajo realizado y de los gastos.  Aquí se puede consultar el último. 

El Comité Internacional de Cruz Roja tiene oficinas en 90 países desde donde ofrecen protección y asistencia a personas afectadas por los conflictos armados. En total trabajan 18.500 personas desplegadas tanto en terreno  –bajo estrictas condiciones de seguridad y confidencialidad– como en su sede en Ginebra. Actualmente,  sus principales actividades operacionales se desarrollan en Afganistán, Etiopía, Israel y los territorios ocupados, Líbano, Myanmar, Sudán, Siria, Ucrania y Yemen. 

Muchas veces los logros del CICR pasan desapercibidos pero es evidente que el Comité es un actor fundamental en el tablero internacional que reduce el sufrimiento de millones de personas. “A lo largo de las últimas décadas, el CICR ha participado en complejas operaciones de repatriación de prisioneros de guerra en diversos conflictos, así como observador en operaciones de repatriación de personas fallecidas, para que las familias puedan enterrarlas con dignidad y respeto a sus tradiciones”, apunta Guillem Puri cuando se le pregunta por ejemplos concretos de actuaciones que consideren de éxito dentro del organismo.   “El CICR también juega un rol esencial en la búsqueda de personas desaparecidas. Por ejemplo, en el conflicto armado internacional entre Ucrania y Rusia, hemos informado, a través de la Oficina de la Agencia Central de Búsquedas y en coordinación con muchas sociedades nacionales de la Cruz Roja y Media Luna Roja, a más de 12.500 familias de sobre el destino y paradero de sus seres queridos que habían desaparecido. También hemos ayudado a centenares de personas vulnerables a reunificarse con sus familias en Ucrania y Rusia”, agrega. 

En un mundo en el que los conflictos armados se prolongan y las víctimas civiles se multiplican, la labor del CICR se vuelve cada vez más compleja y crucial. Desde los campos de batalla hasta las mesas de negociación, la organización sigue siendo un faro de esperanza en medio de la oscuridad. Mientras haya guerras, el CICR seguirá ahí recordándonos que incluso en tiempos de barbarie, la humanidad no está perdida. “Trabajamos de manera discreta pero incansable para seguir ampliando nuestras actividades en favor de las personas afectadas por el conflicto y la violencia”, concluye Puri.
 

Banner Compártelo Reportaje

Banner Home

IRAKURRI INTERESATZEN ZAIZUNA
Harpidetu gure newsletterra eta aurkitu milioi bat istorio txiki.