Cuando todo se tambalea, las respuestas que marcan la diferencia se basan en proyectos que devuelvan la dignidad y la autonomía. En España, Cruz Roja ha tejido en las últimas décadas una red de apoyo capaz de actuar en distintas emergencias y acompañar después en la recuperación, especialmente a través del empleo. Porque volver a trabajar es, muchas veces, la vía más rápida para salir de la vulnerabilidad, y así lo ha demostrado la Organización en crisis tan diversas como la recesión de 2008, la pandemia, la llegada masiva de personas refugiadas de Ucrania o la DANA. 

Cuando llega la crisis, Cruz Roja actúa

La crisis de 2008 abrió una fractura laboral sin precedentes: desempleo masivo, precariedad y pérdida de expectativas. “Afectó sobre todo a personas con baja cualificación”, recuerda Sandra López Salmonte, técnica autonómica de Empleo de Cruz Roja en Galicia. Marta Albuerne Llorente, coordinadora especialista de Empleo de Cruz Roja, subraya que fue “la primera vez que se realizó un llamamiento para atender una catástrofe interna” y en la que se activaron respuestas masivas dirigidas a población autóctona. 

Años más tarde, la pandemia volvió a tensionar el mercado laboral: confinamientos, cierres y ERTE generalizados. “La pérdida inicial de puestos de trabajo afectó a todo tipo de población”, señala Albuerne, quien destaca el esfuerzo por explicar nuevas normativas (como los mencionados ERTE), mantener atenciones a distancia y reforzar la formación digital. Para Carmen de la Corte Granado, coordinadora de Empleo de Cruz Roja en Sevilla, lo más notable fueron “los índices de inserción logrados pese a las enormes dificultades”. 

"La pérdida de puestos de trabajo afectó a todo tipo de población"

El éxodo provocado por la guerra en Ucrania en 2022 fue otro punto de inflexión. “Llegaron personas con necesidad urgente de integración laboral y con barreras idiomáticas y de reconocimiento de títulos”, explica Sandra López Salmonte, técnica autonómica de Empleo en Galicia. Situaciones similares se vivieron tras la DANA, que dejó familias sin vivienda, negocios destruidos y empleos evaporados. “Tras atender lo básico, había que valorar la afectación de pequeños negocios para ayudarles a remontar”, relata Marta Albuerne. Equipos de todo el país se movilizaron, de forma presencial o remota, para que las personas afectadas pudieran recuperar su medio de vida lo antes posible. 

En todas estas crisis, el impacto es profundo. “Se destruyen empleos, aumenta la precariedad y se agrandan las desigualdades”, resume Luisa Coronado Rodríguez, coordinadora de Empleo de Cruz Roja en Málaga. También cambian los sectores emergentes: “Hoy se exige mayor especialización y perfiles disponibles casi al momento”, apunta Eva Palacios, coordinadora de Empleo de Cruz Roja en Comunidad Valenciana. Y, como recuerda Carmen de la Corte desde Sevilla, muchas metodologías creadas entonces “vinieron para quedarse”.  

Una capacidad de adaptación para cada momento y circunstancia

La respuesta de Cruz Roja tiene un elemento común: su capacidad de adaptación. “Nos ajustamos rápido y diseñamos planes de recuperación de corto a medio plazo según el contexto”, indica Eva Palacios. Para Berta Ramírez Santos, responsable de cooperación empresarial de Cruz Roja en Málaga, el Plan de Empleo se ha basado en ampliar coberturas, adaptar metodologías y crear soluciones rápidas. Carmen de la Corte, por otro lado, destaca la creación de “proyectos específicos para paliar daños”, mientras que Ramón Ruiz Pozuelo, especialista de Empleo en Somos Go en Oficina Central, resume las prioridades en “más presencia territorial, itinerarios personalizados y alianzas estratégicas”. 

La digitalización también ha sido determinante. “Hemos priorizado la digitalización de itinerarios, la formación en IA, la búsqueda de nuevos nichos laborales y proyectos para solicitantes de asilo”, explica Sandra López Salmonte. Mª Pilar Bonigno González, coordinadora del Reto Social Empresarial de Cruz Roja, añade la creación de herramientas online y proyectos piloto en sectores emergentes. 

El empleo, una herramienta decisiva

El empleo no solo genera ingresos: repara estructuras vitales que suelen quedar dañadas en contextos de vulnerabilidad o crisis. “Sin empleo las familias no pueden subsistir”, afirma Eva Palacios. “Les permite empezar de cero”, añade, por otro lado, Carmen de la Corte. Para Sandra López Salmonte, el empleo “cubre necesidades básicas, aporta autoestima y proyecto de vida, facilita derechos y reduce el riesgo de exclusión futura”. Ruiz Pozuelo resume su importancia en tres palabras: “Estabilidad, autonomía y futuro”. Y Coronado recuerda que, aunque tener trabajo no garantiza salir de la pobreza, “sí es un paso imprescindible para escapar de la exclusión social”. 

Mirando hacia delante, la lógica indica que seguirán llegando crisis (económicas, climáticas o derivadas de conflictos) y que la vulnerabilidad será su consecuencia más directa. Pero también sabemos que, cuando esas crisis lleguen, la diferencia la marcará la capacidad de estar cerca de las personas. En los momentos más duros, Cruz Roja ha estado ahí. Y lo seguirá estando.