Carolina Herrera: “Necesitamos poco para ser felices” - Ahora
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Carolina Adriana Herrera es directora creativa de Fragancias de Carolina Herrera. Atesora una carrera de más de 20 años en la empresa que fundó su madre, Carolina Herrera. Su experiencia profesional está enfocada en el mundo de los perfumes.

Cruz Roja nació como movimiento mundial hace más de 156 años. Mucha gente podría pensar que es obsoleta, anticuada y demás. Pero, en realidad, en Cruz Roja somos una organización contemporánea, como otras que son capaces de crear tanto valor a lo largo de la historia como la vuestra. Organizaciones contemporáneas que se adaptan a cada época.
Absolutamente. Para mí, el éxito de Cruz Roja es precisamente que es contemporánea al 100% porque se va adaptando a las necesidades cada año. Ya no a la década: al minuto. A mí me parece maravilloso. Creo que por eso es un referente hoy, 156 años después, y lo seguirá siendo para siempre. No por comparar, porque no es lo mismo, pero considero que es importante mantener siempre con la esencia pero al mismo tiempo evolucionar y adaptarse. Ser resiliente con el tiempo.
Las fragancias en Carolina Herrera son muy importantes. Son, además, tu entorno y tu mundo. Los aromas nos llevan a sitios insospechados.
A soñar, a la esperanza… A todo. A mí me encanta porque tiene un punto romántico. Los aromas juegan con los sentidos, con la memoria, con las flores… En realidad es algo bonito y efímero porque no hay una ruta exacta al éxito: se basa en algo que es intangible. Los sentidos, la memoria, los sentimientos… A mí me encanta. Llevo 21 años trabajando con las fragancias y cada vez me gusta más. Me encanta trabajar con flores y me encanta lo que se evoca. Es muy bonito.
Es un mundo maravilloso. Al final, todos trabajamos con las personas. Estás hablando de esas facetas que nos llevan a sentimientos, emociones, momentos… Y qué cantidad de proyectos sociales hay relacionados con esa mente, esas emociones en ese sentido.
Además, emociones bonitas. Una fragancia es algo muy positivo. Normalmente, a mí la gente me dice: “Ay, me recuerda a cuando me di el primer beso”, “me recuerda a cuando me casé”... Son momentos más positivos que negativos, que hay muy poquitos. También tienen que ver con el well being: con el bienestar.
El bienestar, que es otra de las facetas fundamentales de la persona. Hay que cuidarlo en todo. En Cruz Roja, tenemos un área de conocimiento que, obviamente, se basa en la Salud. Hoy la salud, aparte de lo que hemos vivido en torno al mundo de las enfermedades, también es algo diferente. Ese concepto de bienestar del que estás hablando.
Claro, es 360.
Y ahí es donde esos aromas juegan un papel fundamental también. Por eso esa conexión con los proyectos sociales. Es un mundo precioso que hace muchos años no se relacionaba de una manera tan clara, pero hoy está superconectado.
Claro. La aromaterapia, por ejemplo, es muy importante. La gente que ha tenido COVID-19 y ha perdido el olfato hace aromaterapia para recuperarlo. Es algo que tiene que ver mucho con la memoria. Es muy importante en la recuperación del olfato y en el día a día.
Hablemos del empoderamiento de la mujer: ese sentirse segura, que decía y todavía dice tu madre, y que es parte de la esencia de vuestro grupo. Qué importante es el empoderamiento de la mujer. Todavía hoy es muy necesario. ¿Cómo te planteas este empoderamiento de la mujer desde el grupo? ¿Hacia dónde lo quieres llevar?
Creo que tiene mucho que ver con la seguridad, con el bienestar: con el sentirse bien. Por ejemplo, el año pasado lanzamos un perfume, ‘Good Girl’, que ha sido un éxito brutal mundialmente. Y yo creo que es porque tenía que ver con la idea de empoderamiento: para una mujer es un tacón; para otra mujer, un pantalón; para otra, un labio rojo… Trabajamos mucho con eso. O con la ropa, con las colecciones que tienen esa “alegría de vivir”, los colores; que es femenina… Es ropa que tú usas, no que te usa a ti: te da esa seguridad. Y del lado de los perfumes también. Siempre pienso en la mujer cuando trabajo en ellos: en una mujer poderosa, pero divertida y también vulnerable. El poder no significa que olvides la vulnerabilidad. Todo eso es parte de la aceptación. Uno de esos labiales rojo, por ejemplo, lo acabamos de lanzar en ‘Herrera Beauty’ y es muy importante. El labio rojo, o rosa, o naranja. Es sentirse bien. Es apoyar a la mujer a ser femenina, a aceptarse, a encontrar esa seguridad: el “refuerzo positivo”. Y eso está bien. No tenemos que sentirnos culpables porque trabajemos y tengamos hijos y, de repente, nos perdamos un cumpleaños porque todo ello. Hay que aceptar eso: no somos supermujeres. Todo esto es lo que define a Carolina Herrera en muchos sentidos.

Esos elementos son simples, pero poderosos a la vez. En Cruz Roja, con todas las mujeres en violencia de género a las que ayudamos, vemos lo importante de todos esos detalles.
Es complicado porque ahí entra la psicología, entra el miedo. Todos tenemos miedo y cuando es a ese nivel no es tan fácil quitártelo. Pero si juntamos un poco de todo lo que hemos hablado creo que ayuda la seguridad. Considero que el empoderamiento tiene mucho que ver con la seguridad y la aceptación.
Esos elementos que decíamos antes, que son muy sencillos, pero que a esa mujer pueden hacerle cambiar el chip y recuperarse a sí misma después de todo lo que ha vivido. Trabajamos mucho ese “sentirse cuidada”: ese bienestar. De dotarle de ciertos componentes que le hagan recuperar la alegría, la esperanza…
Es un trabajo constante. No llegas a ser la mujer empoderada perfecta. El empoderamiento es el día a día. La aceptación es el día a día. La alegría de vivir es todo el día.
¿Caracas, Nueva York o Madrid? Qué difícil te lo pongo.
Los tres; lo veo como etapas del cole. Caracas fue hasta quinto grado. Nueva York fue mi adolescencia. Madrid es mi universidad: mi madurez. Creo que no existe uno sin el otro. Pero, si me preguntas de dónde soy, soy venezolana. Eso no cambia. Mi esencia es venezolana.
Qué importante es saber de dónde venimos y no olvidarlo nunca.
Nunca. Yo llego a Venezuela (que no he ido en mucho tiempo) y piso raíz. Piso tierra.
¿Qué valores son los que más te preocupa transmitir a tus hijas e hijo?
Los que me transmitieron a mí: la generosidad, la humildad, el ser positivo o positiva,la educación, el respeto, la aceptación, el no juzgar todo tan rápido, ayudar... Ser feliz al final. No sentirte culpable por ser feliz. Son cosas que hemos tenido mucho tiempo de hablarlas con juegos, preguntando, viendo las noticias… Ha sido un aprendizaje muy intenso de algo que es natural. Es a lo que deberíamos aspirar todos.
Sé que has preguntado y te has interesado por la posibilidad de que hagan voluntariado tus hijas e hijo.
Desde pequeños siempre han hecho algo. Cuando eran sus cumpleaños les regalaban muchísimas cosas. Yo les hacía quedarse con cuatro o cinco y el resto los donábamos a alguna iglesia o parroquia; en Navidad íbamos a un comedor… Yo siempre he estado alrededor de eso y mi hija mayor también ha hecho voluntariado. Ahora me he enterado de que pueden hacerlo los tres por la edad. En la pandemia, hice voluntariado, y nadie de las personas con las que estuve se contagió. El voluntariado es algo que llevamos haciendo en mi familia desde que soy pequeña, desde que tenía 12 años. Y a los niños también se lo he inculcado.
No es por casualidad, es decir, el hecho de que tu madre y tú hayáis decidido hacer esta iniciativa viene de la educación que habéis recibido, que se ha fomentado en tu familia y que tú estás fomentando en tus hijos.
Bueno, cuando tenían 5 años no les gustaba tanto… [risas]. Pero ahora les sale natural. Lo buscan, preguntan… Está metido en sus vidas, como salir un viernes.


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