Envejecer con autonomía es posible - Ahora
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- Para bien o para mal, la vida pasa para todos. Hacerse mayor es ley de vida y aunque ahora sientas la vejez como algo lejano a ti, o la transites a través de algún familiar, todo llega. Por eso, encaminarse hacia una vejez digna donde la autonomía y los lazos sociales estén presentes es una tarea comunitaria y colectiva. En Córdoba lo tienen claro.
Alrededor de un centenar de cordobeses, más bien cordobesas de más de 65 años, se benefician ya de un proyecto conocido como 'Vida' que tiene como objetivo generar vínculos de apoyo dentro del entorno comunitario, fomentando así la autonomía personal y facilitando la permanencia en sus domicilios sin tener que recurrir a servicios residenciales. “El proyecto nació en 2024 y se desarrolla en toda Andalucía para dar respuesta a una serie de aspectos que veníamos detectando en nuestra intervención con personas mayores. La mayoría desean envejecer en su domicilio, lo que hacía necesario desarrollar programas que ayuden a prevenir o retrasar la institucionalización”, explica María García Salgado, responsable autonómica del Programa de Personas Mayores de Cruz Roja en Andalucía.
Por este motivo el proyecto contempla las siguientes líneas de intervención:
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Acciones para apoyar a la persona mayor en la realización de las actividades de la vida diaria. Se contemplan actividades de acompañamiento en los trámites o gestiones que la persona necesite fuera del hogar (ir al médico, supermercado, etc), así como el apoyo en el domicilio para determinadas actividades de la vida cotidiana, como, por ejemplo, organizar armarios, programar la televisión…
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Acciones dirigidas a promover y fortalecer la autonomía de la persona. Se realizan talleres en los que se trabaja la fuerza, el equilibrio, el entrenamiento funcional. De esta forma, la persona se mantiene activa y fortaleciendo su masa muscular, un aspecto clave para evitar caídas y prevenir mayor dependencia.
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Acciones dirigidas a promover la atención comunitaria: implicando al entorno de la persona: vecindario, comercio de proximidad como supermercados o farmacias, con el objetivo de que puedan hacer entregas en domicilios de personas que no cuentan con autonomía suficiente ni red de apoyo que les ayude.
De forma paralela se trabaja la salud emocional de las personas, ya que, en muchas ocasiones las personas ven mermada su autoestima, al ver cómo sus capacidades van disminuyendo. “No solo vamos a ayudar, sino crear esos vínculos con la comunidad, para que cuando el voluntariado se vaya, las personas mayores sigan teniendo esos vínculos”, apunta la responsable.
Una de las mayores preocupaciones a las que se enfrenta este colectivo es a la incertidumbre de cómo evolucionará su situación y ese “miedo” al futuro. Pensar quién cuidará de ellas, si podrán seguir viviendo en su hogar o por cuánto tiempo les genera cierta ansiedad y preocupación, y más aún, cuando la persona cuenta con recursos económicos limitados. “Y es que la pérdida de autonomía, para seguir realizando actividades de la vida diaria genera sensación de vulnerabilidad y pérdida de control sobre la propia vida”, añade María García.
Y, aunque en un primer momento, realizar actividades pueda suponer un desafío para las personas mayores, el proyecto está teniendo un impacto de lo más positivo. Muchas personas usuarias trasladan que el voluntariado de este proyecto se ha convertido en “sus pies y sus manos”; en un faro hacia el que dirigir sus esfuerzos y su energía. “Establecer vínculos cercanos, se crea un entorno donde las personas mayores recuperan la confianza, se sienten parte activa de su comunidad, experimentando una mejora significativa en su bienestar emocional, lo que les ayuda a afrontar con mayor seguridad los desafíos que surgen con la pérdida de autonomía”, reflexiona la responsable al hacer balance de lo conseguido un año y medio después.
El proyecto ‘Vida’, acrónimo de Vínculos de Apoyo, está suponiendo un verdadero apoyo para la población andaluza, especialmente en zonas rurales donde el aislamiento está aún más acentuado. El año pasado fueron atendidas 379 personas. Esto está siendo posible gracias a la labor del voluntariado, figura clave en la atención directa a personas mayores y encargada de dinamizar el entorno y la comunidad. “Todas las personas vamos a envejecer, y esto significa que, en algún momento de nuestras vidas, podemos necesitar ayuda, compañía o comprensión. Por eso, crear redes de apoyo no es solo un acto de solidaridad, sino una inversión en nuestro propio futuro”, concluye.
El proyecto ‘Vida’ cuenta con la financiación de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, a través de los fondos procedentes de la asignación tributaria del 0,7% del IRPF.
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