La necesidad de un pensamiento crítico digital - Ahora

• En un entorno digital saturado, las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo en materia de salud mental y bienestar emocional, sobre todo, entre el público más joven. El segundo encuentro de #ConversacionesHumanitarias impulsadas por Fundación Cruz Roja Española quiso poner el foco en esta realidad latente de la mano de la psicóloga María Gómez (@merigopsico) y de la presidenta del Consejo de la Juventud de España, Andrea González Henry.

 Durante este segundo encuentro online, esta vez titulado ‘Mitos virales y desinformación emocional’, ambas expertas analizaron el impacto que tiene actualmente el consumo de contenido online entre la población. Abordaron temas que van desde la confusión entre síntomas habituales y trastornos clínicos hasta la necesidad urgente de desarrollar pensamiento crítico digital.

 En sus inicios, las redes sociales ayudaron a romper el estigma de la salud mental consiguiendo ser un espacio seguro del que sentirse parte. Con el paso del tiempo, la fugacidad del contenido está proporcionando a la audiencia un enfoque superficial en torno a problemas o situaciones complejas que no se solucionan con un vídeo publicado en redes sociales, sino que precisan de tiempo, de entender el contexto individual y colectivo de la persona y, en ocasiones, de la necesidad de contar con un profesional de la psicología. Según el Análisis de tendencias sobre Bienestar Emocional y Vulnerabilidad de Fundación Cruz Roja Española, el 83,7% del contenido sobre salud mental en TikTok es falso o engañoso. “La desinformación emocional no es inocente. Trivializa el dolor  promueve soluciones superficiales”, aporta la psicóloga María Gómez durante la charla.  

El contenido emocional viral puede confundir síntomas normales con trastornos clínicos generando ansiedad innecesaria, etiquetas erróneas y comparaciones perjudiciales. “A veces, estamos mal porque nos pasan cosas complicadas que nos generan ansiedad o estrés como la subida del precio del alquiler o la falta de conciliación; y esto no quiere decir que haya un trastorno o problema de salud mental detrás. Hay que tener cuidado con el autodiagnóstico. La tristeza también cumple una función”, aporta la presidenta del Consejo de la Juventud de España, Andrea González Henry 

A pesar de esta mirada peligrosa de las redes sociales en relación con la salud mental, estas también se han convertido en un espacio donde crear comunidad. “Persiste la idea generalizada de que las redes sociales son la causa de todos los males de la juventud, pero esto no es así. Las redes sociales también han permitido hablar de emociones, generar comunidad y reducir el sentimiento de aislamiento”, añade Andrea González Henry.  

No podemos negar que vivimos en un mundo digitalizado, pero para relacionarnos de manera saludable con las tecnologías es necesario contar con herramientas que orienten a la población y, sobre todo, a las nuevas generaciones sobre cómo actuar y cómo no. Durante la conversación las expertas debatieron sobre el poder que tienen las escuelas para educar en materia de salud emocional y uso responsable de pantallas.  

Siguiendo el informe anteriormente citado, el 48% de las personas hacen un uso excesivo de pantallas y el 35% viven en un estado de estrés constante. Haciendo referencia a estos datos, la psicóloga María Gómez explica que, en el caso, por ejemplo, de una adicción a alguna sustancia la solución o el objetivo es eliminar ese hábito de consumo. Pero, en el caso de las adicciones conductuales como puede ser el uso de las redes sociales no se busca eliminarlo porque sería imposible dado el mundo en el que vivimos, sino que lo que debemos hacer es “reaprender su uso”.  

En este segundo encuentro de #ConversacionesHumanitarias, María Gómez y Andrea González quisieron remarcar que se necesita un esfuerzo no solo individual, sino también estructural. Para cerrar la charla, ambas profesionales se despidieron aportando algunas recomendaciones sencillas que ayuden a la juventud a encontrar espacios seguros y mejorar su relación con las redes sociales apostando por un pensamiento crítico digital:  

- Educar el algoritmo. Este actúa como una cámara de eco que refuerza ideas sin contraste. Así que, es importante diversificar el contenido que consumimos. 

- Promover un uso consciente y crítico de las redes sociales, sobre todo en materia de salud mental. Comprender que detrás de un vídeo de un minuto no está la solución a lo que nos ocurre.  

- Evitar el sobrediagnóstico y fomentar el acompañamiento profesional real si es necesario.  

Atender las causas estructurales del malestar, no solo los síntomas. 

- Esta nueva gira de #ConversacionesHumanitarias se centrarán en 8 encuentros que abordarán, desde diferentes aspectos, una temática cada vez más urgente como es el Bienestar Emocional y la Vulnerabilidad.